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domingo, 26 de enero de 2014

Hermán Göring (1893-1946)

Jefe de la 'Luftwaffe', ocupa distintos cargos de relevancia en los estamentos político y militar alemanes llegando a ser considerado el 'heredero' de Hitler, al que aconseja el apoyo al bando nacional en la Guerra Civil

Hermán Göring es uno de los autores del memorándum presentado por Mussolini y aceptado por Francia e Inglaterra en el Pacto de Múnich el 29 de septiembre de 1938. La salvaguarda de una paz temporal lleva a estos países a ceder ante un Hitler determinado a invadir Checoslovaquia y a iniciar a toda costa una futura guerra. La defensa a cualquier coste de la paz es aprovechada por la Alemania nazi resuelta a dominar Europa.

Göring mostraría, en el juicio por crímenes de guerra al que fue sometido en Nüremberg, su faceta más fría y calculadora como agitador político con la siguiente argumentación: "Naturalmente la gente corriente no quiere la guerra, pero en definitiva son los líderes de un país los que determinan la política, y arrastrar a las personas es una de las cosas más sencillas, ya sea en una democracia, en una dictadura fascista, en un parlamento o en una dictadura comunista. Con voz o sin voz, siempre es posible poner a la gente a las órdenes de los dirigentes. Resulta sencillo. Lo único que se tiene que hacer es decir que están siendo atacados y denunciar a los pacifistas por falta de patriotismo y por poner su país en peligro".

A estas alturas, Göring ha tenido ya un triste protagonismo en España. Según algunos historiadores, de él parte desde Berlín la orden directa de bombardear Guernica al jefe de la Legión Cóndor en España, Hugo von Sperrle. Una trágica acción justificada en el juicio de Nüremberg con esta frialdad: "Guernica fue un campo de prueba para la Luftwaffe. Resultó una desgracia, pero no podíamos hacer otra cosa que experimentar con nuestras máquinas".

Göring es el todopoderoso jefe de la Luftwaffe, la Aviación alemana, el creador de la Gestapo, la policía secreta del Estado y el responsable de organizar los campos de concentración de la Alemania nazi. Su siniestra trayectoria política comienza como piloto y héroe nacional en la Primera Guerra Mundial. Nacido en 1893 en una familia de raíces aristocráticas, se aficiona al coleccionismo de obras de arte a través del expolio.

En 1922, en una de las demostraciones aéreas a las que se dedica tras sus triunfos en la escuadrilla Richthofen, conoce a la baronesa Carin von Fock-Kantzow, con la que contrae matrimonio. Años después Göring se casará en segundas nupcias con la actriz Emmy Sonnemann.

Este mismo año conoce a Hitler con el que conecta rápidamente convirtiéndose en su consejero militar y comandante de los grupos de asalto del Partido Nazi.

En 1923, durante el golpe de ultraderecha, conocido como el Pustch de Munich, resulta gravemente herido y durante su convalecencia, para aliviar los dolores que sufre, le tratan con morfina, a la que se hará adicto de por vida. Son años en los que Göring se ve obligado a vivir como exiliado en Austria, en Italia y en Suecia hasta que se decreta una amnistía. En 1928 es nombrado diputado por el Partido Nazi en el Reichstag, momento en el que comienza su ascenso imparable al poder. Su influencia será fundamental para el triunfo de Hitler en las elecciones de 1932 que le llevarán a la Presidencia del Parlamento. En 1933, como ministro del Interior y jefe de la policía, Göring comienza a tejer una extensa malla represora con la creación de campos de concentración para los opositores. Cientos de policías y oficiales son purgados y sustituidos por las nuevas remesas fieles al partido nazi. Socialdemócratas y comunistas son encarcelados y la censura comienza a controlar todos los medios de comunicación que servirán ahora como nuevos medios de propaganda.

En 1934 es nombrado primer ministro de Prusia y un año después se pone al frente de la Luftwaffe. En 1935 se le otorga poder absoluto para controlar la economía alemana a través del Plan de Cuatro Años. Este nuevo papel le permite construir el emporio industrial Hermán Göring con el que acumula una gran fortuna. Presumirá de su riqueza con ostentación, reuniones fastuosas en palacios ideados a su ambiciosa medida y uniformes repletos de joyas y adornos. Ian Kershaw, en su biografía sobre Hitler destaca esta afición al lujo: "Göiring necesitaba grandes ingresos para saciar su desmedido apetito de buena vida y lujos materiales y se benefició muy especialmente de esa generosidad (...). Tenía por costumbre recibir a los visitantes en su piso de Berlín, espléndidamente decorado, vestido con una toga roja y unas babuchas puntiagudas, como si fuese un sultán en un harén".

En relación a España, Göring tratará también de controlar las minas españolas a través del proyecto Montana para financiar el rearme alemán. Con este propósito se constituye la compañía Rowak, encargada de organizar la recepción de materias primas llegadas desde España a través de Hisma (Sociedad Hispano-Marroquí de Transportes). En la cima de su poder económico y político, cuatro meses después de finalizar la Guerra Civil española Göring es nombrado sucesor oficial de Hitler.

Tras la denominada Noche de Los Cristales Rotos se desata la furia anti judía que Göring impulsará con fiereza, El "último hombre del Renacimiento", como se autodenomina, promulga la arianización de la propiedad y los negocios y la expulsión de todos los judíos. Contribuye también decisivamente a la concepción de la Solución Final promulgada en 1941 y destinada a aniquilar a los judíos.

La decadencia de Göring comienza con tos errores cometidos en el bombardeo de Londres durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de los éxitos iniciales de la Blitzkríeg, o guerra relámpago, sus equivocados cálculos tácticos en contra de las recomendaciones de sus generales se suceden y le aíslan cada vez más. Hitler le acusa de todos los fracasos de la guerra y poderosos compañeros de partido como Himmler, Goebbels o Speer le terminan desplazando. A pesar de esta pérdida de influencia, cuando la situación se hace insostenible y no se sabe con exactitud si Berlín ha caído, Göring decide enviar un telegrama en el que pregunta si debe tomar el mando como sucesor de Hitler. Este atrevimiento provoca que le sustituyan de forma fulminante de todos sus cargos y que se ordene su detención a las SS por traidor. Göring será poco después capturado por los aliados y acusado de crímenes contra la Humanidad, conspiración contra la paz, iniciar una guerra de agresión y violar las leyes de la guerra. Antes de la celebración del juicio se ve obligado a seguir una cura de desintoxicación. En sus comparecencias, altivo y orgulloso, no muestra ningún signo de arrepentimiento por las graves acusaciones que pesan sobre él.

El 1 de octubre de 1946 se dicta sentencia sobre los 21 procesados en los juicios de Nüremberg: 12 son condenados a muerte, pero sólo 10 mueren en la horca. Göring se adelanta a su verdugo. Su suicida en su celda horas antes de la ejecución ingiriendo una cápsula de cianuro que logra esconder y sobre la que no se llega a aclarar el misterio de cómo llega a sus manos. 

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