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sábado, 20 de julio de 2013

Parte de Guerra Republicano (20 de julio 1936)

Alzamiento Nacional.

A la una menos cuarto de la madrugada

El Gobierno, dueño absoluto de la situación, tiene la satisfacción de comunicar que las últimas noticias recibidas acusan un total sometimiento a las fuerzas leales, siendo numerosos los telegramas que en este sentido se reciben. Asimismo se notifica al pueblo madrileño que el abastecimiento está asegurado y que mañana estarán abiertos los mercados a la hora de costumbre.

El jefe del Gobierno se dirigió por radio al pueblo español en los siguientes términos: 
Españoles: sin jactancia alguna, con toda sencillez, pero también con entera serenidad, el Gobierno de la República cumple con su deber y está en su puesto; porque lo está desde el primer momento de su constitución en la mañana de ayer, y atento a sus deberes más urgentes, no ha tenido tiempo hasta ahora ninguno de sus ministros de ponerse en contacto directo con la opinión, aunque ha procurado siempre tenerle al corriente de cuantos sucesos ocurren por medio de informaciones radiadas oportunamente y que han sido fiel reflejo de la verdad.

Ahora, cuando la situación ya mejora notablemente y estamos un poco aliviados de muchas preocupaciones, quiero que estas palabras mías sean para deciros a todos, españoles, que los enemigos de la República NO PASARAN. Frente a ellos está el Gobierno, asistido por la razón de la ley, con todas las fuerzas del Estado y con el apoyo firme del pueblo español.

Una criminal maniobra, que ha prendido en la minoría de los militares, y que España contempla con enorme estupor, indignación y asombro, que aumenta al ver que no han dudado siquiera en intentar, aunque sea con fracaso, la invasión de la Patria por soldados moros y mercenarios, nos han traído en estas horas indignación y dolor; pero no consiguieron ni conseguirán vencer la firmeza del Gobierno ni el entusiasmo republicano del pueblo español, ni tampoco detener la marcha de la República por los caminos de la justicia y del progreso.

Españoles: confiad en el Gobierno. El Gobierno también confía en el pueblo y agradece calurosamente el concurso eficaz de las fuerzas leales del Ejército, Marina, Aviación, Guardia Civil, Carabineros, Seguridad y Asalto, así como el de las entusiastas milicias populares, a todas las cuales felicita por su abnegado comportamiento.

A las once menos cuarto de la mañana

Atención: el Gobierno se complace en comunicar que el movimiento faccioso en Madrid se halla totalmente dominado. Los rebeldes se han entregado a las fuerzas leales de Getafe, cuya artillería ha sido ocupada. Los cuarteles de Vicálvaro y antiguo María Cristina se hallan en poder del Gobierno que ha hecho más de un millar de prisioneros entre jefes y oficiales. Los soldados, con un alto espíritu republicano, abandonaron a los jefes traidores de la República. El Cuartel de la Montaña ha izado ya bandera blanca y se halla en poder de las tropas leales.

Madrileños: el Gobierno, cada vez más firme, y robustecido más que nunca, es hoy dueño absoluto de la situación de Madrid. Todos los cuarteles se hallan ocupados por las fuerzas leales y las milicias armadas. Estas, cooperando al admirable espíritu de lealtad de la Guardia Civil y fuerzas de Asalto, son todos el más alto ejemplo de espíritu republicano. Una vez más los enemigos de la República han sido vencidos.

En provincias, el sometimiento al Gobierno es progresivo. Constantemente se reciben noticias en este sentido, con multitud de adhesiones en todos los sentidos. La columna rebelde de Burgos ha sido desecha por nuestra gloriosa y leal Aviación, donde es perseguida, habiéndole causado aumerosas bajas.

Españoles: el triunfo es nuestro. El Gobierno, cada vez más asistido de todos, pueblo, Guardia Civil, milicias armadas, fuerzas de Asalto, Marina de Guerra y Aviación, ha dominado a los rebeldes. Viva la República.

A las once y cinco de la mañana

Confirmamos la ocupación por las fuerzas leales y milicias armadas de todos los cuarteles de Madrid, en especial del Cuartel de la Montaña, donde los rebeldes tenían su más fuerte reducto, al mando del general Fanjul. La República ha vencido. Orden y tranquilidad. Viva la República.

Cinco minutos después

Atención: Por el subsecretario de Gobernación, señor Osorio y Tafall, acaba de ser izada en el balcón central del Ministerio la bandera republicana que las fuerzas leales y las milicias socialistas han cogido en los cuarteles a las fuerzas sublevadas. El entusiasmo del pueblo congregado es indescriptible. Españoles: Viva la República.

A la una y diez de la tarde

Es de todo punto preciso, ya que el Gobierno es dueño absoluto de Madrid, que nadie se deje sorprender por los provocadores que, disparando aisladamente, quieren sostener un estado de alarma injustificada. Las milicias, que tan brillantemente han cooperado a la victoria, deben dar nuevas pruebas de serenidad no contestando a esos disparos, cuyo único objeto es mantener el estado de sobresalto injustificado. Serenidad, serenidad. Es preciso ahorrar energías para seguir prestándolas al Gobierno y a la República, y no malgastarlas en beneficio de los facciosos. Serenidad y disciplina.

A las dos de la tarde

El Regimiento de Infantería núm. 1, del Cuartel del Pacífico, se ha puesto a las órdenes del Gobierno, acatando el poder constituido.

En Sevilla, las fuerzas leales al Gobierno han ganado terreno. El barrio obrero de Triana está con la República y ha conseguido comunicar con Huelva, dando cuenta de su elevado espíritu y de haber recibido los refuerzos enviados.

En Huelva se prepara un tren especial con más de un millar de hombres armados para decidir el ataque de la ciudad sevillana.

La Marina de guerra tiene bajo sus fuegos a la ciudad de Cádiz, en donde de manera ejemplar resisten el gobernador civil y los leales de Asalto y Guardia Civil, así como las masas populares.

El restablecimiento de la autoridad legítima será cuestión de pocas horas.

En Málaga el entusiasmo es extraordinario, y de allí dicen que se desmiente rotundamente la fábula del envío de tropas de Marruecos. No se consiguió más que desembarcar un grupo de Regulares de Ceuta, que fue deshecho en Algeciras.

Los barcos de guerra controlan el Estrecho e impiden estos propósitos.

El general Queipo de Llano llamó telefónicamente a Gobernación preguntando por el general Mola, creyendo en la fantasía de que Madrid estaba dominado.

Ya lo veis, madrileños. La capital de la República está con nosotros, y las fuerzas que han cometido la indignidad de rebelarse están sometidas después de haber capitulado sin condiciones. Tenemos en prisión en Madrid a centenares de jefes y oficiales y hemos capturado al general Fanjul, jefe de este movimiento, que se halla detenido en los calabozos de la Dirección de Seguridad.

Las noticias que se reciben de provincias son cada vez más satisfactorias. El movimiento, yugulado desde eI principio, está vencido.

Se ha captado un radio de Sevilla solicitando urgentemente el envío de un hidro para que se ponga a disposición del general Franco, teniendo noticias de que éste quiere asegurar la huida.

A excepción de Zaragoza y Valladolid, donde aún resisten los sediciosos, en el resto de la Península el Gobierno controla la autoridad. Es cuestión de poco tiempo. El triunfo es seguro; pero ahora más que nunca aconsejamos serenidad, serenidad y serenidad para administrarlo.

Españoles: ¡Viva la República! y ¡Viva el Gobierno!

A las ocho menos diez de la tarde

A punto de terminar la criminal sedición iniciada por unos militares traidores a su Patria, es deseo del Gobierno que al empezar a restablecer el orden, éste esté en manos exclusivamente de la fuerza pública y de aquellos elementos de las organizaciones obreras que, encuadradas en la disciplina del Frente Popular, tantas y tan heroicas pruebas vienen dando de elevado patriotismo.

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